La unidad en Morena comienza a resquebrajarse. Ricardo Monreal, coordinador del grupo parlamentario en la Cámara de Diputados, reconoció públicamente la existencia de una disputa interna insalvable dentro del partido rumbo a las elecciones intermedias de 2027.
Lejos de tratarse de una advertencia a futuro, Monreal describió una realidad que ya está ocurriendo: enfrentamientos anticipados por candidaturas, tensiones por el control político local y federal, y una lucha interna que amenaza con debilitar al movimiento desde sus propias entrañas.
La reforma electoral propuesta por el Ejecutivo —que prohíbe la reelección y el nepotismo— ha acelerado la competencia por cargos públicos. Según Monreal, esto ha generado un ambiente de confrontación que, si no se contiene, podría desembocar en una ruptura mayor.
El legislador hizo un llamado a la militancia para frenar las descalificaciones y actuar con responsabilidad, pero al mismo tiempo reconoció que la cohesión del partido está en riesgo. La historia, advirtió, ha demostrado que las divisiones internas pueden ser más letales que cualquier oposición externa.
Con estas declaraciones, Monreal no solo anticipa un escenario complejo para Morena, sino que confirma lo que muchos ya perciben: el partido está entrando en una etapa de desgaste y fragmentación interna, justo cuando se esperaría una transición ordenada y estratégica hacia las siguientes elecciones.