Profeco operaba como sucursal del CJNG para extorsionar gasolineros

Profeco operaba como sucursal del CJNG para extorsionar gasolineros

Lo que parecía una institución para proteger al consumidor terminó convertida en una máquina de corrupción al servicio del crimen organizado. Documentos de la Fiscalía General de la República y testimonios de exfuncionarios revelan que la Profeco tejió una alianza directa con el Cártel Jalisco Nueva Generación, Santa Rosa de Lima y Guerreros Unidos para ordeñar a miles de empresarios gasolineros en todo México.

Exfuncionarios de alto nivel señalados

Los nombres que aparecen no son menores: Ricardo Sheffield, hoy senador de Morena, y David Aguilar Romero, último titular de Profeco hasta 2024. Ambos, junto con una veintena de colaboradores, habrían dirigido una red que cobraba “vacunas” de 20 a 25 mil pesos mensuales por estación de servicio.

La extorsión no era improvisada: todo estaba perfectamente organizado en listas de Excel que llegaban directamente a los despachos de los exprocuradores, según las pruebas de la investigación.

El mecanismo del terror

El testigo protegido “Pablo”, quien trabajó dentro de Profeco, narró con lujo de detalle cómo se operaba el esquema:

  • Gasolineras bajo amenaza: quien no pagaba, era expuesto públicamente en el famoso “Quién es quién en los combustibles” o, peor aún, recibía visitas de sicarios.
  • Protección criminal: Talía Vázquez Alatorre, exsubprocuradora y actual diputada de Morena, habría admitido que el CJNG protegía al grupo a cambio de un porcentaje del botín.
  • Reparto político: en reuniones privadas, los funcionarios acordaban destinar parte de la recaudación para financiar campañas políticas.

En palabras del testigo: “Vi cómo Sheffield, Aguilar y otros repartían dinero en su departamento en 2023. Era un botín que venía de las extorsiones. Ahí decidieron cómo meterlo a la precampaña de Guanajuato”.

Gasolineros bajo el yugo del narco-Profeco

Empleados de estaciones en CDMX y Edomex relataron que “inspectores” llegaban a revisar bombas de gasolina, ya fuera con uniforme o de civil, y lanzaban advertencias: “Págale a tu patrón porque si no lo vamos a chingar, lo cerramos y se queda sin negocio”.

El miedo era tal que muchos empresarios pagaban de inmediato. La Profeco, en vez de defenderlos, se convirtió en la mano recaudadora de los cárteles.

Sheffield se deslinda, pero la investigación sigue

Consultado sobre las acusaciones, Sheffield asegura que “no sabe nada” y que no ha recibido notificación oficial. Sin embargo, la carpeta de investigación de la FEMDO documenta mensajes, capturas de pantalla y entrevistas que ponen contra la pared a exfuncionarios que, en vez de combatir abusos, pactaron con el narco.

El golpe final: Profeco, convertida en un cartel institucional

Lo que revelan las pesquisas es devastador: durante años, la Profeco funcionó como un tentáculo de las organizaciones criminales más violentas del país. No sólo toleró las extorsiones: las organizó, las cobró y las repartió.

La pregunta que queda en el aire es brutal: ¿cuántos políticos financiaron sus carreras con dinero sucio, extorsionando al mismo pueblo que decían defender?

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