Durante agosto, la población ocupada en el país ascendió a 59.5 millones de personas, lo que representó una pérdida de un millón 302 mil 773 plazas laborales comparada a julio pasado, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe), muestra que en términos anuales la disminución es de 274 mil personas con relación a agosto de 2024.
En entrevista con La Silla Rota, la especialista explicó que si bien es un sector que genera empleos, ofrece menos salarios y más precariedad, por lo que inevitablemente eso repercute en la calidad de vida de los trabajadores y sus familias.

Aunado al crecimiento de la informalidad que reporta el Inegi al primer semestre del año, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene un registro de un total de 87 mil 287 empleos formales creados, esto significa una disminución de 70.4%, con respecto a los 295 mil 58 que se crearon en el mismo periodo de 2024.
De acuerdo con Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, “es preocupante el crecimiento del empleo informal, porque el problema es que no tienen derechos. No se están creando trabajos formales, es más están disminuyendo”, destacó el especialista.
De acuerdo con el reporte del segundo trimestre del Banco de México, el mercado laboral del país está en atonía, sobre la creación del empleo formal destaca que si bien en julio se registró un crecimiento extraordinario por la incorporación de los trabajadores de aplicaciones digitales.
“Si no se considera el crecimiento asociado a los trabajadores de las aplicaciones, se puede apreciar que hay una atonía del mercado laboral desde la segunda mitad del 2024”, destacó en conferencia Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora de Banxico.
Contexto: Los datos oficiales muestran que en lo que va del año, el mercado laboral en México enfrenta una desaceleración en la generación de empleos formales, con pérdida de empleo en los sectores industriales, principalmente, y más trabajadores recurriendo a la informalidad, es decir, a empleos precarios y con bajos salarios para sostenerse, lo que pone en riesgo la calidad del empleo y el ingreso de los hogares.