Cuando la Corte se arrodilla, la libertad tiembla

Cuando la Corte se arrodilla, la libertad tiembla

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) lanzó una alerta roja ante lo que ya se percibe como uno de los episodios más peligrosos y autoritarios contra la libertad de prensa en México. Los litigios en contra de TV Azteca y el Grupo Salinas, encabezado por Ricardo Salinas Pliego, ya no parecen simples procesos fiscales: se han convertido en un instrumento de presión política, una advertencia silenciosa de lo que le espera a quien no se arrodille ante el gobierno.

La reciente resolución de la SCJN, que hoy opera bajo la sombra de la obediencia y la consigna, confirmó criterios fiscales en siete amparos. Pero el mensaje que envía va más allá de los números: es un golpe directo a uno de los empresarios más influyentes del país y, peor aún, un ataque disfrazado contra un medio de comunicación incómodo para el poder.

La SIP denuncia que este caso avanza en un ambiente viciado: linchamientos desde el púlpito oficial, amenazas veladas para revisar concesiones y un coro de actores políticos señalando, hostigando y tratando de desacreditar cualquier voz crítica. El objetivo es claro: amedrentar, callar, doblegar.

Según la propia televisora, los procesos fiscales se desarrollan mientras el gobierno y sus voceros intentan sembrar dudas, desprestigiar periodistas y reducir a TV Azteca al rol de medio obediente. Y la SIP advierte que esto ya dejó de ser una disputa legal: es un intento peligroso de utilizar la justicia como arma política, un mecanismo de castigo para quienes se rehúsan a obedecer.

Pierre Manigault, presidente de la SIP, externó su preocupación de manera contundente: en México, dijo, la justicia debe actuar con legalidad y no con miedo ni presiones políticas. Porque si los procesos contra el Grupo Salinas se desvían hacia la intimidación, entonces ningún medio estará a salvo.

Por su parte, Martha Ramos enfatizó que cualquier conflicto entre el Estado y una empresa periodística debe resolverse sin discursos hostiles que busquen inhibir o silenciar la labor informativa. Pero hoy, en un país donde las críticas al gobierno se pagan caro, esa garantía parece desvanecerse aceleradamente.

La SIP advirtió que seguirá vigilando este caso porque lo que está en riesgo no es un litigio, sino la libertad de prensa y el derecho de los mexicanos a medios independientes. Si el gobierno logra someter a TV Azteca, el mensaje será estremecedor:
quien no se alinee, será castigado.

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