La salida de Alejandro Gertz Manero de la Fiscalía General de la República abrió un torbellino político que el discurso oficial no ha logrado apagar. Aunque el gobierno insiste en que el exfiscal deja el cargo para asumir una embajada, en el Senado y en la clase política hay otra lectura: la operación para removerlo pasó por las manos de Adán Augusto López Hernández, hoy coordinador de Morena en la Cámara Alta.
La renuncia, aprobada con 74 votos a favor y 22 en contra, llega en un momento incómodo para el propio López Hernández. La FGR llevaba meses con expedientes delicados que involucran a exfuncionarios de su administración en Tabasco, además de señalamientos por inconsistencias patrimoniales y el llamado huachicol fiscal, un caso que la oposición todavía exige aclarar.
Por eso, para muchos legisladores, el mensaje detrás del relevo es claro:
se quitó a un fiscal incómodo antes de que los casos avanzaran.
Un día antes, una reunión clave
De acuerdo con varias fuentes en el Senado, el 26 de noviembre Adán Augusto tuvo una reunión privada con la presidenta Claudia Sheinbaum. Al día siguiente, Gertz entregó su carta de renuncia.
La oposición considera esa secuencia demasiado conveniente para tratarse de una simple “decisión personal”.
La carta que desató las alertas
En tribuna, senadoras del PAN y PRI mostraron una carta en la que López Hernández habría cuestionado directamente la conducción de la FGR.
Para los grupos opositores, ese documento confirma lo que la narrativa oficial niega: que hubo presión política para sacar al fiscal y abrir paso a un perfil más alineado con Morena.
Los casos que rozan a Adán Augusto
Detrás de la discusión hay nombres y carpetas que desde hace meses rodean al hoy senador:
- Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad en Tabasco —detenido en Paraguay y señalado por operar con un grupo delictivo—. La oposición afirma que cualquier avance en ese expediente implicaría revisar responsabilidades superiores.
- Reportes sobre incrementos patrimoniales difíciles de explicar entre 2018 y 2024.
- La entrega polémica de notarías a personas cercanas durante su gobierno, un episodio marcado por acusaciones de tráfico de influencias.
- Y el tema más espinoso: el huachicol fiscal, relacionado con condonaciones y beneficios fiscales a empresas locales durante su administración.
Con esos antecedentes, la salida de Gertz es vista por muchos como un movimiento estratégico para prevenir futuras broncas políticas.
Oposición: “No fue renuncia, fue instrucción”
El priista Alejandro Moreno calificó la salida del fiscal como “un golpe directo a la autonomía”. La senadora Claudia Anaya advirtió que el proceso se manejó “con prisas y sin transparencia”.
Desde el PAN, Xóchitl Gálvez señaló que la FGR corre el riesgo de convertirse en una oficina subordinada al oficialismo.
