El secretario de Salud, David Kershenobich, desmintió lo dicho ayer por la presidenta Claudia Sheinbaum en el sentido de que en la recién iniciada campaña de vacunación invernal se aplicará la vacuna “Patria”, que Andrés Manuel López Obrador anunció en febrero de 2021.
A casi cuatro años de ese anuncio y casi tres de que se prometió que estaría disponible para combatir el virus de la Covid-19, Claudia Sheinbaum dijo que “Patria” ya está lista para aplicarse, pero un par de horas después Kershenobich lo desmintió, pues aclaró que aún está por aprobarse su uso en una campaña. Y agregó que quizá este biológico se incorpore a partir de diciembre, en tanto que la vacunación contra Covid se hará usando dosis de Abdala y Sputnik, vacunas cubana y rusa respectivamente,compradas en el gobierno pasado.
Es decir, que a pesar de los reiterados anuncios hechos desde hace años en el sentido de que la vacuna ya está lista, que superó las diversas fases y demás, en realidad no hay certeza de que pueda aplicarse y en todo caso, es una vacuna creada para combatir la primera cepa de Covid-19, misma que hizo estragos en 2020 y que ya ha sufrido numerosas mutaciones.
En la sección “Trascendió”, de Milenio de este 15 de de octubre se apunta: “Trascendió que la vacuna Patria, la gran apuesta del sexenio pasado en cuanto a desarrollo científico y que rompería los monopolios de la industria farmacéutica, finalmente no se aplicará en la campaña nacional contra el covid y otras enfermedades respiratorios. Resulta que el biológico enfrentó “grandes retos” en términos regulatorios, de infraestructura y disponibilidad de insumos, servicios y equipos, además de que no se cumplió el perfil de los voluntarios que participarían, todo según la empresa Avimex”.
En el arranque de la campaña, Ruy López Ridaura, director de Promoción de la Salud, dijo que hay lotes de Abdala que caducan hasta mayo de 2025 y que los lotes de Sputnik todavía están “en periodo de vigencia”. Agregó que en el país se han fabricado miles de dosis de vacuna contra la influenza, aunque de Patria, no se informó nada, hasta que la prensa cuestionó.
En respuesta, Kershenobich dijo que Patria podría sumarse, pero hasta diciembre.
Se recordará que fue el 15 de febrero 2021 cuando, orgulloso, López Obrador dijo en la mañanera que se estaba desarrollando una vacuna mexicana contra la Covid. Esto, en medio de la vorágine de la pandemia y los anuncios de la compra de vacunas en el extranjero. Ese día, AMLO, “con todo respeto”, hizo la “sugerencia” de que la vacuna se llamara “Patria”, lo cual fue obedecido por la entonces titular de Conahcyt, Elena Álvarez-Buylla.
Al día siguiente, 16 de febrero, AMLO volvió al punto: “Tenemos que tener nuestra vacuna, esto lo está trabajando Conacyt, ya hay opciones tanto de investigadores de Conacyt, que están trabajando, como empresas particulares, del sector privado mexicano que están también ya trabajando con este propósito”. En la misma conferencia, el entonces canciller Marcelo Ebrard dijo que el gobierno pretendía “recuperar a Birmex para que se encargue del envasado y posteriormente producción a gran escala de la vacuna para que México no sea tan dependiente como somos hoy”.
Un par de meses después, el 12 de abril 2021, Álvarez Buylla anunció, vaya sorpresa, que la vacuna se llamaría “Patria”, tal como el presidente había “sugerido”. Informó que una empresa que fabrica biológicos veterinarios sería parte del desarrollo, dijo que “participan científicos de altísimo nivel” además de institutos públicos. No dijo que el desarrollo era totalmente norteamericano. En varias ocasiones habló de una tecnología “100% mexicana” lo cual es falso. Y prometió que la vacuna estaría lista para su aprobación en diciembre de ese año.
Emocionado por tan buenas noticias, el 21 de mayo de 2021, AMLO presumió la vacuna en la Cumbre de Salud Global de líderes del G-20. Aquí incluso prometió regalar el 30% de la producción a países necesitados. “México está aprobando su vacuna Patria. Cuando sea autorizada, apoyaremos con el 30% de la producción a los países que lo necesiten”, se ufanó. Eso jamás pasó.
El 9 de agosto de 2022, ocho meses más tarde de la fecha prometida, se anunció apenas que se había concluido la fase II que determinaba que era segura para usarse como “dosis de refuerzo”. La cepa para la que fue creada ya tenía largo tiempo superada. Se anunció entonces el inicio de la fase III y última para que la Cofepris autorizara su uso de emergencia.
El 3 de mayo de 2023, nueve meses después, se anunció, por fin, que se había superado la fase III. La pandemia ya había sido superada, la vacuna ya no era útil, pero de todos modos Álvarez-Buylla volvió a presumir de que se recuperaba “la soberanía de vacunas, que es tan importante para la prevención de enfermedades”.
Pero pasaron todavía muchos meses, hasta el 26 de enero de 2024, que el Comité de Moléculas Nuevas avaló su uso. De ahí inició el camino de la producción masiva, que no ha tenido éxito.