El desabasto de psicofármacos y la arrogancia del «Doctor muerte» López-Gatell

El desabasto de psicofármacos y la arrogancia del «Doctor muerte» López-Gatell

Realmente no se entiende lo que pasa por la cabeza de las autoridades de salud que no le han dado la debida prioridad a resolver de una vez por todas los problemas de desabasto de medicamentos. O quizá más bien es reflejo persistente del desorden interno que arrastra el sector salud.

En este año quienes más han sufrido la carencia de fármacos son los pacientes con padecimientos de salud mental y neurológica cuya falta de tratamiento deriva en terribles crisis que afectan a toda la familia o incluso que llevan al paciente a quitarse la vida.

Son millones de familias no derechohabientes que deben comprar su medicamento en farmacia, que ni siquiera piden recibirlos en el sector público; lo que imploran es poder encontrarlo para adquirirlo y pagarlo con su bolsillo.

Esta carencia deriva de una sanción desde fines del 2022 del regulador sanitario Cofepris, que encabeza el comisionado titular Alejandro Svarch, contra la farmacéutica Psicofarma, impedida por meses de producir y distribuir dichos fármacos.

En su desesperación, las familias afectadas se han movilizado. Así como en el año 2020 y siguientes se movilizaron los padres de niños con cáncer hasta que les hicieron caso, así ahora las familias de quienes viven con ansiedad, depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar y otros padecimientos buscan maneras de llamar la atención para ser vistos por la autoridad. El Colectivo Medicamentos para Mentes Libres MX constituido hace unos meses, se ha venido manifestando de diversas maneras para evidenciar el desabasto de psicofármacos; Cofepris anunció a inicios de mayo que ya estaba todo resuelto y que junto con el proveedor Psicofarma había definido y acordado el reabastecimiento de dichos medicamentos. Eso no sucedió.

El pasado viernes 21 de julio dicho colectivo logró llamar la atención al desplegar una manta en un evento político de Morena en la alcaldía de Iztacalco al momento en que el subsecretario Hugo López-Gatell estaba listo para exponer sobre Bienestar y Salud. Vale decir que López-Gatell es uno de los funcionarios de salud que se han negado sistemáticamente a comparecer ante el Legislativo que les ha hecho múltiples llamados. Lo que sí le interesó al subsecretario es estar en ese evento político donde recibió los reclamos de los pacientes que con todo derecho exigen solución.

Su característica falta de sensibilidad se hizo notar de nuevo: el subsecretario reconoció que los manifestantes tenían razón porque -aceptó- persiste la carencia de tratamientos psiquiátricos y neurológicos, pero los llamó arrogantes y les reclamó que opacaban la atención de los demás. Es obvio que la arrogancia ha estado del otro lado.

En México se estiman unos 4 millones de pacientes psiquiátricos que sufren intermitencia en su tratamiento desde principios de este 2023. Los acuerdos con Psicofarma tal parece se limitaron a permitirles distribuir los fármacos que se habían asegurado, pero éstos ya se agotaron y como sigue la sanción, por tanto sigue atorada la producción. Las autoridades sanitarias se olvidaron del asunto sin asegurarse de que el problema quedara verdaderamente resuelto.

Muy oportuno en este contexto es el reporte “Operación Desabasto” realizado por Impunidad Cero y Justicia Justa, que es un buen recuento de los desatinos de la actual administración sobretodo entre 2019 y 2021 en las compras de medicamentos, y expone tristes testimonios de las funestas consecuencias para las familias afectadas.

Y tal como lo plantean, “el desabasto de medicamentos fue resultado de una fallida estrategia anticorrupción y de un intento de ahorro en la compra de insumos médicos. Hasta el momento, no sólo no hay ningún sancionado por actos de corrupción en la compra de medicamentos, sino que es mucho más costoso adquirir y distribuir los medicamentos en el país.

No se niega la corrupción del pasado, pero ésta ha encontrado nuevos caminos con nuevos protagonistas en la actual administración, y en ese caso estamos peor: ahora hay corrupción y, además, desabasto. Los supuestos ahorros de 48,000 millones de pesos en compra de medicamentos -mencionados por el primer mandatario- no está claro de donde salieron, pero muy seguramente ya fueron opacados y rebasados por los costos en salud derivados del desabasto; y lo más lamentable, los costos para las víctimas, tanto por pacientes agravados como en vidas perdidas.

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