RIDÍCULO HISTÓRICO DE LENIA BATRÉS (otra vez)

RIDÍCULO HISTÓRICO DE LENIA BATRÉS (otra vez)

¡Ah, la insigne Lenia Batres! La ministra de la Suprema Corte que, en un arrebato de celo fiscal, decidió que un proyecto sobre contradicciones en materia tributaria necesitaba más análisis que un examen de admisión a Harvard. Pero, oh sorpresa, sus colegas no estaban tan convencidos de su brillantez. Aquí te presentamos el desglose de este episodio de «La Corte en Llamas», donde Lenia intentó ser la heroína que nadie pidió, pero terminó siendo la comidilla del día.


El drama fiscal: Lenia Batres vs. El sentido común

En un intento por salvar al mundo (o al menos a Hacienda), Lenia Batres pidió retirar un proyecto sobre una contradicción de criterios fiscales. ¿Su argumento? Que necesitaban un análisis exhaustivo del impacto económico y las repercusiones internacionales. Vamos, que quería convertir un debate jurídico en un tratado de economía global. ¡Qué visión tan amplia! Lástima que sus compañeros no la compartieran.


Las respuestas que dejaron a Lenia en ridículo

  1. Loretta Ortiz, la ministra que no necesita manuales:
    Con la elegancia de quien sabe que tiene la sartén por el mango, Loretta le recordó a Lenia que los ministros no están ahí para calentar la silla. “Yo sí tengo la capacidad y la competencia para resolverlo ahorita”, dijo, dejando claro que no necesitaba un posgrado en economía para hacer su trabajo. ¡Toma eso, Lenia!
  2. Javier Laynez, el rey del sarcasmo:
    Laynez, con esa fina ironía que lo caracteriza, se preguntó en voz alta qué diablos significaba eso de “tomar una decisión adecuada” basada en el impacto económico. “¿Qué, si el impacto es grande, lo declaramos inconstitucional? ¿Y si es pequeño, qué? ¿Lo firmamos con una sonrisa?”. Vaya, Lenia, parece que no todos comparten tu obsesión por los números.
  3. Yasmín Esquivel, la diplomática (pero no tanto):
    Yasmín, en un intento por ser amable, dijo que no tenía problema en aplazar el asunto… pero no por las razones de Lenia. “Podría retirar el proyecto, pero solo si la mayoría lo decide”, añadió, dejando claro que Lenia no era precisamente la voz de la razón en la sala.

El desenlace: Lenia pierde, pero no se da por vencida

Al final, el proyecto se retiró, pero no por la insistencia de Lenia. Los ministros dejaron claro que su decisión no tenía nada que ver con su pedido. Vamos, que Lenia intentó ser la protagonista, pero terminó siendo la nota al pie de página.


Moraleja del día

Si vas a pedir un análisis económico, asegúrate de que tus colegas no tengan mejores argumentos que tú. O mejor aún, no intentes ser la heroína de una película que nadie está viendo. Lenia Batres, querida, quizás la próxima vez sea mejor quedarse callada y dejar que los expertos hagan su trabajo. 

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