AUTORIDADES SABÍAN DEL RIESGO EN EL CERRO DEL CHIQUIHUITE

Las gigantescas rocas que quedaron en las laderas del cerro del Chiquihuite, tras el derrumbe del pasado viernes en la parte alta de la calle Chimalhuacán, colonia Lázaro Cárdenas, y que aplastaron viviendas de la zona, fueron estabilizadas con costales para tener un mayor soporte en la base de los peñascos, sin que eso represente que el riesgo de un segundo desgajamiento haya desaparecido.

El funcionario estatal estuvo acompañado por el alcalde, Raciel Pérez Cruz, donde se informó que se tomó la determinación de aumentar a 126 el número de viviendas notificadas para que fueran desalojadas, después de que el último dato eran 80

La tragedia que se vive en la colonia La Presa por el desgajamiento de rocas y tierra del cerro Chiquihuite que sepultó varias casas, ya era un problema anunciado y autoridades tanto municipales como estatales lo sabían, pues por su peligrosidad, dicha zona no podía ser habitada.

Raciel Pérez Cruz, Presidente Municipal de Tlalnepantla, dijo en entrevista, que según el Atlas con que cuenta el municipio, la zona donde se registró el derrumbe es de alta peligrosidad y por ningún motivo se podía habitar, precisamente por la posibilidad de desgajamientos de rocas y tierra que podían provocar un problema como el que se está viviendo.

Sin embargo, dijo, primeramente por la necesidad y la necedad de la gente por obtener un lugar donde vivir, invadieron y se apropiaron ilegalmente de terrenos donde construyeron sus casas y luego anteriores gobiernos tanto municipales como estatales lo permitieron sin medir las consecuencias.

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