CARLOS SLIM SE VENDIÓ A AMLO
El empresario dueño de Telmex e Inbursa, Carlos Slim salió a defender a AMLO exigiendo a TODOS los empresarios de México a dejar de atacar al presidente y su administración. Slim conversó con Carlos Salazar, el presidente saliente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la cúpula del sector privado de México.
Bienvenidos todos al paraíso trinitario de Telmex, Telcel y Carso (con enchiladas estilo Sanborns), ¡por una sociedad sin clases (aunque persistan la desigualdad, la injusticia y la corrupción)!
El multimillonario proclamó, entrevistado por el presidente saliente del Consejo Coordinador Empresarial, que es una estupidez la confrontación, a México le hace daño todo eso, al país le hace daño, a la empresa, al gobierno y a todos nos hace daño; se me hace una tontería. Lo que debemos hacer es trabajar unidos, que se invierta y se apoye y que salgamos de esta situación de subdesarrollo que hemos tenido tantas oportunidades y ya no perder esta oportunidad, en donde el Tratado de Libre Comercio es muy importante
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Converso a las necesidades del presidente de la República en turno, Slim llama a cerrar filas, a la prosopopéyica Unidad Nacional (con mayúsculas, obviamente): “los conflictos hay que ir a discutirlos y sostenerlos en la discusión, pero no es a periodicazos… lo que nos urge en México es que en lugar de discutir y pelear y encontrando los lados flacos de otro, hay que pensar en la responsabilidad que tenemos con el país, la sociedad y la población de México y no estar confrontándonos”.
Convendría recordar, ante la propuesta del gran concesionario y contratista, hoy conciliador cuasi fraterno (recuérdese la línea 12 del Metro), lo que pocos días atrás publicaron Carlos Entenza y Ángel Muelas en el diario español Público, bajo el título El conflicto como motor democrático
: La ausencia de conflicto es lo que buscan los otros, quienes con una seguridad que conmociona tratan de convencer al resto de que las ideologías son divisorias y conviene dejarlas morir o, en el peor de los casos, ocultarlas bajo cualquier alfombra. Esta despolitización de la política niega nuestro derecho a discutir, a ser adversarios, y pretende que los antagonismos desaparezcan, pero que lo hagan por arte de magia. Supone aceptar que esta economía y que esta correlación de fuerzas, el sentido común neoliberal, nos acompañará hasta el fin de los tiempos, es decir, que la política del pasado dominará siempre el presente
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