Nueva York recibe la comparecencia de Trump ante la justicia con un despliegue masivo de las fuerzas de seguridad

Donald Trump será imputado esta tarde en Nueva York con más de treinta cargos por delitos relacionados con el pago para silenciar poco, antes de las elecciones de 2016, una relación extramatrimonial con una actriz porno, Stormy Daniels.

El expresidente, el primero en la historia en ser acusado de la comisión de delitos, recibirá 34 cargos, según ha filtrado a Yahoo News una fuente conocedora de la investigación contra el multimillonario neoyorquino.

Como ya se había conocido con anterioridad, los cargos tienen que ver con falsificación de documento financiero, que en la legislación estatal de Nueva York está tipificado como delito leve. Sin embargo, la fiscalía del distrito de Manhattan los ha elevado a delito grave ‘clase E’ -los de menor entidad dentro de los delitos graves, con penas de cárcel de entre uno y cuatro años- por haberse cometido para ocultar otro delito, según esa información.

La sospecha es que el delito que se quería ocultar tiene que ver con la violación de la ley de financiación electoral dentro de los pagos a Daniels, que se hicieron para no perjudicar sus opciones en las urnas.

El propio Trump reaccionó a esta información con furia. Desde su cuenta en su red social, Truth Social, acusó al fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, de «filtrar de forma ilegal los 33 puntos de la imputación». Exigió que el fiscal, que ha liderado la investigación y al que ha acusado de «psicópata degenerado» y «racista» (Bragg es negro), dimita, y llegó a decir que Bragg «debería imputarse a sí mismo». Lo hacía desde su residencia en la Torre Trump, en la Quinta Avenida, entre fuertes medidas de seguridad y a donde llegó el lunes por la tarde tras volar desde Florida, donde vive la mayor parte del año.

Huellas dactilares, sí; foto y esposas, no

Trump y Bragg se verán las caras hoy, cuando el expresidente acuda a los juzgados de lo penal del sur de Manhattan a entregarse. Las autoridades tomarán sus huellas dactilares y, según varios medios estadounidenses, no será registrado con una foto policial ni se le colocarán esposas, como es habitual con los acusados de delitos en el estado de Nueva York.

Trump estará en una sala de espera -no en una celda- hasta que sea conducido ante el juez que supervisa su caso, Juan Merchan. En su presentación ante el magistrado, donde Merchan le leerá los cargos, no habrá cámaras de televisión.

El juez, en una decisión a última hora de la noche, rechazó la petición de las televisiones estadounidenses de filmar al expresidente durante la lectura de cargos.

Merchan, sin embargo, sí permitirá que haya cinco fotógrafos «durante algunos minutos» para tomar imágenes de este momento histórico. Después de esos instantes, ninguna cámara estará permitida en la sala y no se podrá grabar vídeo en ningún momento, excepto en los pasillos, por donde no pasará Trump. La vista, como cualquiera en los juzgados, será pública y desde la tarde del lunes había gente haciendo cola para asegurarse una de las cerca de setenta plazas que permite la sala. Muchos de ellos eran personas pagadas por los grandes medios estadounidenses para hacer la cola durante toda la noche y buena parte del martes.

Está previsto que Trump abandone los juzgados sin fianza tras la presentación de cargas y que salga a toda velocidad de Nueva York, la que fue su casa durante décadas y donde montó su imperio inmobiliario. Regresará a Mar-a-Lago, su mansión y residencia privada en la costa de Florida, donde se espera que dé un discurso por la noche, ya con todos los detalles de la imputación encima de la mesa.

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