Los «moneros dorados» vendidos al régimen

El dinero público no fluye, se derrocha. Y los principales beneficiarios de este despilfarro son los moneros dorados de El Chamuco, esos que cambiaron sus plumas por cheques y su supuesta independencia por un lugar en la mesa de los privilegiados. Estos supuestos críticos, que antes se llenaban la boca hablando de libertad de expresión, hoy son los propagandistas mejor pagados del gobierno morenista. En los últimos meses, han embolsado al menos cinco millones de pesos gracias a contratos millonarios con dependencias federales y locales. ¿Crítica? No, complicidad.
El periodista Jorge García Orozco destapó esta cloaca en su cuenta de X, revelando los jugosos contratos otorgados a la empresa Caricaturas, Internet, Animaciones y Revistas S.A. de C.V., propiedad de los moneros José García Hernández (Hernández), Rafael Barajas (El Fisgón) y Rafael Pineda (Rapé). Estos tres, que antes se ufanaban de su supuesta independencia, hoy son los favoritos del régimen, dispuestos a vender su pseudoingenio al mejor postor.
El negocio de la adulación
El martes, García Orozco expuso un contrato adjudicado por el Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos, Olmeca-Maya-Mexica, S.A. de C.V. (Gafsacomm), dependiente de la Secretaría de la Defensa Nacional. Por la módica suma de un millón 20 mil 876 pesos, los moneros se comprometieron a difundir mensajes en medios digitales para las unidades de negocio del gobierno. Según el contrato, esta adjudicación directa se justificó con una supuesta “investigación de mercado”. ¿Investigación? Más bien, compadrazgo.
El tuit de García Orozco se viralizó rápidamente, acumulando más de 2 mil retuits y llamando la atención de figuras que no dudan en tildar a los moneros de “chayoteros, hipócritas y parásitos”.
Pero el festín no terminó ahí. Este miércoles, García Orozco reveló otro contrato, esta vez con el Gobierno de la Ciudad de México, por la astronómica cifra de 4 millones 100 mil pesos. El objetivo: “servicio de creación y difusión a través de espacios publicitarios en medios de comunicación masiva (internet)”. ¿Servicio? Más bien, servilismo.
Los Moneros de La Jornada cobraron más de 1 millón de pesos por promocionar las empresas de la SEDENA.@monerohernandez @monerorape @fisgonmonero ahora están en el mismo lado de Cienfuegos, Ayotzinapa y Tlatlaya, lo que sea por estar del lado correcto de la hi$toria. pic.twitter.com/Pe98dQZQls
— Jorge Garcia Orozco (@jorgegogdl) February 11, 2025
La ruta del servilismo
García Orozco trazó el camino que estos moneros siguieron para convertirse en los favoritos del régimen: primero, invitaron y presentaron a Clara Brugada, actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México, en su programa El Chamuco TV, producido por TV UNAM, Canal Once y Canal 22. Luego, el monero Rapé se encargó de alabar el programa Utopías de Brugada en su cuenta de X, escribiendo que “debe replicarse en todo el país”. Finalmente, llegó el contrato millonario. ¿Crítica? No, chantaje disfrazado de periodismo.
Clara Brugada le da 1 contrato por 4 millones de pesos a los Moneros de "El Chamuco"
— Jorge Garcia Orozco (@jorgegogdl) February 12, 2025
Acto 1: @ClaraBrugadaM va @El_Chamuco
Acto 2: @monerorape se la croma a las utopías
Acto 3 @monerohernandez firma un contrato de 4 millones con la CDMX
¿Cómo se llamó la obra? pic.twitter.com/idgUGe4HT5
El silencio cómplice
A pesar de las acusaciones y los señalamientos públicos, los moneros dorados han guardado un riguroso silencio. Ni Hernández, ni El Fisgón, ni Rapé han dicho una sola palabra sobre estos contratos. ¿Les avergüenza reconocer que han cambiado su supuesta independencia por un lugar en la mesa de los privilegiados? O simplemente, ¿saben que no tienen cómo defenderse?
Este no es un caso aislado. Durante los gobiernos morenistas, tanto a nivel federal como en la Ciudad de México, los moneros han obtenido numerosos contratos millonarios, aumentos de sueldo y hasta condonaciones. Su empresa, Caricaturas, Internet, Animaciones y Revistas S.A. de C.V., se ha convertido en un negocio redondo, financiado con dinero público. ¿Independencia? No, dependencia total.
¿Dónde quedó la crítica?
Lo que alguna vez fue un gremio de críticos incómodos se ha transformado en una maquinaria de propaganda. Los moneros, que antes se jactaban de su independencia y su capacidad para señalar los abusos del poder, ahora son mercenarios de la pluma, dispuestos a vender su pseudoingenio al mejor postor.
¿Qué queda de aquellos que decían defender la libertad de expresión y la crítica social? Nada más que un eco vacío y una sonrisa cómplice mientras cuentan sus millones.
Moneros son, y en mercenarios se han convertido. Allá ellos.
¿Crítica o complicidad? La pregunta es retórica. Los moneros dorados ya eligieron su bando: el del dinero fácil y la adulación servil.